Estábamos casi para finalizar los 80´s cuando tuve mi primer contacto con los video juegos, no recuerdo el año exacto pero sería alrededor de 1988 u 1989 cuando fui por primera vez a las Maquinitas, recuerdo que en aquel entonces el ir a las maquinitas era lo equivalente a ir a los antros actuales, mitos que se generaban, lugares oscuros y de perdición; eran incluso hasta satanizados por grupos de las diversas iglesias.
Aquella vez, no recuerdo cuales fueron las circunstancias por las que con mi primo fuimos a las maquinitas, andábamos en el centro, yo tendría unos 6 o 7 años, cuando entre en aquel lugar, una entrada pequeña con una gran barra donde el dueño atendía, el lugar tenía un ambiente oscuro, y entre más te acercabas más oscuro se ponía, solo con la luz de los monitores de aquellas maquinas, el sonido aunque no era demasiado alto, era lo suficiente para confundir tus sentidos, especialmente si no estabas acostumbrado a ese tipo de bullicio.
Fuimos a buscar una máquina que estuviera desocupada y rápido quería uno empezar a jugar, sin embargo, era algo totalmente nuevo para mí, no sabía cómo jugar o que tenía que hacer en el juego, no recuerdo cual fue el primer videojuego que jugué, sin embargo no fue mucho lo que pude hacer, pasamos alrededor de 1 hora en aquel lugar intentando jugar, pero solo gastamos las primeras fichas en nada, en ver como el tiempo corría y el personaje era eliminado por los enemigos.
Después de varios viajes, no lo encontraron, pero en una mueblería de la localidad, pusieron a la venta una consola, no recuerdo el nombre que era un clon del Nintendo, traía un pequeño cartucho en un color azul o verde pastel, bastante curioso, el cartucho a diferencia del Nintendo se colocaba por arriba, me compraron esa consola, al probarla todo funcionó bien pero después de algunos días comenzó a fallar y la regresaron, ya se acercaba la navidad, no recuerdo la fecha exacta pero ya era alrededor del 20 de diciembre. Fuimos a buscar la dichosa consola, de un lado a otro, incluso hasta en lugares que rentaban consolas quizá tendrían alguna a la venta, pero nada. Ya casi decepcionados, fuimos a comprar otras cosas y al pasar por una tienda, vimos que tenían una consola.
Llegamos a preguntar y nos comentó el dueño de la tienda que era la última que tenía, era nueva, sin embargo la caja estaba abierta, porque le habían sacado un cartucho, no sé qué versión era, pero el diseño de la caja quedó grabado en mi memoria,
incluía la consola, los cables, un par de controles, el juego de Super Mario Bros y Duck Hunt, la super Zapper (en color gris) e incluía un tapete, originalmente traía un juego para el tapete que fue el cartucho que le habían sacado. Eso no fue impedimento y mi papá me compró la consola, si mal no recuerdo costo $450 000 ($450). Aquella navidad fue quizá el mejor regalo que pude tener, con esa consola pase muchísimas horas jugando, durante las primeras semanas jugando Super Mario Bros era un gran logro si llegábamos al primer castillo, siempre que jugábamos, nos mataba el primer Goomba o el primer precipicio. Para brincar más allá de presionar los botones, movíamos el control, como si este respondiera con los movimientos. Fueron grandes momentos que pasé con la consola, la mejor consola de su generación y el inicio en los video juegos domésticos para muchos, quizá haya quien piense que el Atari era mejor, pero en diseño y flexibilidad Nintendo Superaba en gran medida a todas las otras consolas.
Aún conservo la consola, con sus controles y años después conseguí muchísimos juegos los cuales todavía conservo, actualmente 2017, funciona, ya tiene algunos años guardados, pero aun funciona con algo de limpieza. Mi juego favorito sigue siendo Super Mario Bros.